Psicología del color

¡La psicología del color es un campo de estudio que está dirigido a analizar cómo percibimos y nos comportamos ante distintos colores, así como las emociones que suscitan en nosotros dichos tonos.

Hay ciertos aspectos subjetivos en la psicología del color, por lo que no hay que olvidar que pueden existir ciertas variaciones en la interpretación y el significado entre culturas. A pesar de todo, hay ciertos principios aceptados que vamos a repasar en este artículo y que se aplican fundamentalmente a las sociedades occidentales.


El modo en el que los colores nos inducen a experimentar determinadas sensaciones y a adoptar ciertas actitudes tiene dos tipos de causas: las biológicas, por un lado, y las culturales, por el otro.

En lo que respecta en los aspectos biológicos de este fenómeno, la Psicología del color es una realidad más allá de la especie humana: en la naturaleza, la percepción de colores influye en la conducta de muchos animales. Por ejemplo, algunos reptiles del grupo de los eslizones ahuyentan a sus depredadores mostrando su lengua, de color azul oscuro, ya que el resto de especies lo ven como una señal de enfermedad. Por otro lado, las combinaciones con colores rojos y amarillos son vistas como una señal de peligro, y muchas especies las usan a modo de advertencia (e incluso hay otras totalmente inofensivas que adoptan tonalidades parecidas para intentar parecer intimidantes).

En lo que respecta a los aspectos culturales, prácticamente todas las sociedades humanas asocian los colores a determinados conceptos para expresar ideas abstractas, algo normal si tenemos en cuenta que nos es difícil utilizar pigmentos para crear pinturas corporales, dibujos sobre todo tipo de soportes, etc. Y, por otro lado, el Homo sapiens es una especie muy visual, y con una gran capacidad para percibir muchos colores (la mayoría de mamíferos y reptiles perciben muchos menos). Y es que no suena nada rara la afirmación de que los colores provocan un efecto emocional en nosotros. De hecho, forma parte de nuestro lenguaje cotidiano. En otras palabras, es común hablar de colores cálidos, como el rojo, el amarillo o el naranja, que pueden suscitar distintas reacciones, desde positivas (calidez) o negativas (hostilidad y enfado).
Publicidad O, por contra,también solemos hablar de colores fríos, como el verde o el azul, que suelen provocar una sensación de calma pero también tristeza.

Ya que todos estamos familiarizados con estos conceptos, la psicología del color se emplea en la vida cotidiana. Por ejemplo, cuando pintas tu casa y consideras qué colores quieres para tu hogar porque vas a pasar muchas horas allí dentro.
Cuando haces eso, sueles tener en cuenta cómo te harán sentir las diferentes tonalidades: ¿un gris elegante para el salón? ¿una cocina verde que se asocie a la primavera y la frescura? A lo mejor te gusta el yoga y la meditación y quieres una habitación blanca porque sabes que tiene un efecto relajante. Esto son solo algunos ejemplos de cómo empleamos la psicología del color casi sin darnos cuenta.

Rueda cromática

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